miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA CRUELDAD DE LOS IMPUESTOS...

LA CRUELDAD DE LOS IMPUESTOS (Walter Puelles)
¡CERRADO POR 10 DÍAS!

“¡Cerrado por 10 días!” Dice un gran cartel pegado en uno de los pequeños negocios en una de las principales calles comerciales de Huánuco. ¿10 días??? Curioso, pregunté al desalentado y desmoralizado dueño del local, qué delito tan vil había cometido.

“Mi hija vendió un peluche de 10 soles y no le dio boleta a un jovencito, que resultó ser un fiscalizador de la Sunat”- me dijo.

Claro, cuando no se vende nada y de pronto aparece un cliente, lo único que pensamos es en venderle y a veces olvidamos darle la boleta. ¿Pasó por la mente de aquel empresario el defraudar o engañar al Estado??? Para nada. Pero eso no tiene perdón en las actuales circunstancias. El vender, es una de las mejores y más antiguas formas de salir de la pobreza, sin embargo, es reprimida por el Estado. ¿Alguien puede creer que ese comerciante evadía impuestos? ¿Robaba al Estado? ¿¡Vendiendo peluches!??

Los impuestos son necesarios para el país, sobre todo, cuando se le asigna tantas cosas al Estado, pero cuando estos impuestos, desalientan porque son muy altos, entonces, el remedio es peor que la enfermedad. ¿Es que no sería mejor la persuasión antes que el castigo?-pregunto.

El siguiente, es un caso del comportamiento de una empresa cualquiera, tal que incluso podría ser la suya.

Marlene y los Impuestos....
- Sr., en el mes nuestra tienda vendió 30 computadoras a US$500 dólares cada una (incluido IGV), es decir, facturamos US$15 mil. En total se ha ganado US$ 510, pues cada computadora costó US$483
- ¿US$510 dólares Marlene?
- Sí Sr., US$17 de utilidad unitaria
, por 30 computadoras vendidas, hacen un total de US$ 510 dólares.
- Que bien Marlene, pero ahora tienes que pagar el IGV. En la factura de venta tienes un IGV de US$ 2,393, y en la factura de compra, hay un IGV de US$2,314, la diferencia (US$ 79) se la tienes que entregar al Estado.
- ¿Al Estado Sr.? ¿Y quién es ese trabajador que no lo conozco?
- Tu paga nomás Marlene.
- Ummmm, bueno Sr., aún así me queda US$440 dólares.
- Si, pero no te olvides que adicionalmente tienes que pagar el Impuesto a la Renta.
- ¿Impuesto a la renta?
- ¿Y cuánto es eso Sr.?
-Pues el 3.5% de las ventas. Eso quiere decir, US$441 dólares (3.5% de US$12,607 de ventas sin IGV). ¿Cuánto queda ahora Marlene?
- Pues nada Sr., no me queda nada. Por el contrario, tengo una pérdida de US$1 dólar.
- Esto, sin sumar el ITF y todos los impuestos municipales que tenemos que cancelar
- ¿Y ahora? ¿Con qué pagaremos la luz, el agua, el teléfono y sobre todo mi sueldo? Quiere decir señor que todo el esfuerzo desplegado ha sido en vano, y que sólo ha servido para alimentar al Estado.
- Así es Marlene, es toda una filosofía de vivir para otros. Pero si algo te sirve de consuelo, el Estado usará esa plata para pagar a los maestros, para comprar armas que eviten que los chilenos nos invadan, para que el SIS compre alimentos para las víctimas de terremotos y medicina para los hospitales. El problema Marlene es que, de los US$441 dólares que el Estado nos ha confiscado, solo una pequeña parte llegará a la gente, pues la mayor parte se perderá en corrupción y burocracia.
- ¿Y que se puede hacer?
-
Lo que tenemos que hacer Marlene es aumentar los precios y reducir nuestros costos.
- ¿Aumentar precios Sr.? Pero eso significaría que mucha gente dejaría de comprar por falta de recursos, principalmente los que menos tienen.
- Así es Marlene, así es. La gente piensa que mientras más impuestos paguen las empresas, se logrará una sociedad más equitativa, pero eso no es así, pues todo se traslada al precio. Los altos impuestos, como te has podido dar cuenta, obligan a las empresas a elevar sus precios, reduciendo así el poder adquisitivo de la gente. Genera más pobreza.
- Entonces Sr., sólo nos queda reducir costos, pero eso significaría, por ejemplo, que tendría que pagarme menos a mí, y que yo tendría a su vez que dejar de comprar muchas cosas indispensables para vivir, pues lo que gano aquí a las justas me alcanza para eso.
- Lamentablemente así es Marlene. La gente piensa que los bajos sueldos son el producto de la mezquindad de los empresarios, pero lo cierto es que, bajo el actual contexto, la necesidad de reducir costos para obtener una utilidad es de vida o muerte.
- Se trabaja mucho y se disfruta muy poco.
- Esto Marlene no solo ocurre en las empresas, los mismos trabajadores independientes enfrentan ese drama. Cuando los impuestos aumentan, o sube el precio del petróleo, por ejemplo, ante la imposibilidad de trasladar estos aumentos a los consumidores, los taxistas se ven obligados a trabajar más horas para obtener la misma cantidad de dinero que venían teniendo ¿Podemos decir Marlene que un taxista es inescrupuloso porque obliga a su cuerpo a trabajar más horas de las debidas? Evidentemente no. O trabaja más o muere. Ese es su dilema, y es también el dilema al que se enfrentan las empresas, principalmente las pequeñas.

El gobierno ofreció bajar los impuestos, más, por el contrario, los aumentó y creó otros como el ITF. No se sorprenda que hoy más gente como Marlene esté interesada en irse del país.

Reducir los impuestos es necesario para cambiar el futuro de Marlene, de la empresa donde trabaja Marlene, y de la mayoría de empresas que enfrentan esta difícil carga. El día en que alguien deslegisle el laberinto del Perú, derogando el medio millón de normas que expropian o prohíben -únicas dos funciones que cumple toda legislación-, la historia mirará con respeto a estos empresarios que lo único que hacen es trabajar sobreviviendo y haciendo sobrevivir.

Este caso es el de una pequeña empresa que decidió aventurase a ingresar al sistema formal. Hoy esa empresa ya no existe, quebró, y Marlene está en Japón. ¿Alguien puede sobrevivir 5 días con el negocio cerrado? ¿Qué dirán los “defensores” de las Mypes, Pymes, etc.).

Aquí, un empresario huanuqueño está impedido de laborar 10 días, por vender un peluche sin boleta. La idea me es insoportable, pero que se va a hacer, estamos en el Perú.